La relación entre la dieta y el acné ha sido formulada y reformulada con el paso de los años, y hoy es revisitada de la mano de estudios que sugieren que los alimentos con alto índice glucémico (con mucha azúcar en poco espacio) podrían favorecer la aparición del acné.
"Entre 1930 y 1960, a los pacientes se les desaconsejaba comer una amplia selección de alimentos, como chocolates, grasas, dulces. Pero luego de una serie de estudios criticos, esa asociación se desvaneció", recuerda una revisión del asunto publicada recientemente en la revista de la Academia Estadounidense de Dermatología.
Sin embargo, continúa la publicación, "la pregunta por la relación entre dieta y acné ha vuelto a ser formulada. Existe evidencia razonablemente convincente de que las dietas con alto índice glucémico pueden exacerbar el acné".
"Los alimentos con grandes cantidades de azúcar incrementan la producción del llamado factor de crecimiento de insulina, que al unirse en receptores de los queratinocitos producen su proliferación excesiva", explicó la dermatóloga francesa Brigitte Dréno.
La proliferación excesiva de esas células cutáneas colabora con el taponamiento de los poros, que es la lesión inicial del acné.
"La relación entre el acné y la alimentación va cambiando permanentemente y por eso, por el momento, no se recomienda ninguna dieta restrictiva ni se hace mucho hincapié en lo alimentario -comentó la doctora María Valeria Angles, del Servicio de Dermatología del Hospital Italiano-. De todos modos, si uno observa que en un paciente un alimento determinado produce más lesiones de acné, la decisión es suspender ese alimento."
En el taller que Angles coordina en el Italiano, también se tratan otros mitos del acné, como por ejemplo, que el sol lo mejora, cuando, en realidad, hace que la enfermedad reaparezca con más fuerza, o que el acné está relacionado con la suciedad, "lo que hace que muchos se laven obsesivamente la cara -dijo-. Eso irrita la piel y vuelve intolerable el tratamiento".
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