Debemos ejercer la medicina con sólidos principios éticos, morales y solidarios para con nuestros colegas.
El artículo 16 del capítulo II de nuestro código deontológico nos manda por deber moral a que no debemos cobrar honorarios a los colegas, padres, esposa e hijos aún dependientes económicamente, y solo se podrá cobrar los gastos que la consulta hibiera generado.
La realidad es muy distinta, veo a muchos colegas hacer de menos éstos mandatos de nuestro código ético. Solo queda preguntarse en que momento la ética profesional ha pasado a un segundo plano para ellos, entre las respuestas que encuentro, es que ya la profesión médica dejó de ser especial para muchos y se ha convertido en solo una manera mercantilista de agenciarse de fondos, por otro lado podría ser solo el reflejo del deterioro y falta de valores de nuestra sociedad actualmente. Con ésto no sugiero regalar nuestro trabajo, no es el punto, pero si quisiera abrir los ojos de tanto descarado que si a su propio colega le cobra, que mas aberraciones pudiera estar cometiendo. Ésta actitud es la que a larga nos ha deteriorado tanto internamente como con la sociedad. Me parece que debemos iniciar a cambiar ésta tendencia tan oscura y empezar de nuevo a sentir la satisfacción de hacer bien las cosas.
Autor: Dr. Víctor Castañeda, colegiado activo 12190
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