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lunes, 26 de marzo de 2012
lunes, 5 de marzo de 2012
Gastrointestinal Bleeding with Low-Dose Aspirin
A meta-analysis supports evidence of increased risk for GI bleeding from low-dose aspirin alone and in combination with clopidogrel or anticoagulants.
Aspirin in low doses (75–325 mg/day) is commonly used as secondary prophylaxis after cardiovascular thrombotic events. However, its value for primary prophylaxis is unclear because of evidence that it increases the risk for gastrointestinal bleeding.
Comment: The results of this analysis support findings of prior observational studies that showed increased risk for GI bleeding with use of low-dose aspirin — a risk that was further increased with concomitant use of anticoagulants or clopidogrel but reduced in combination with PPIs. The current study is hampered by the difficulty of combining studies of heterogeneous designs, doses, and endpoints. Ultimately, studies with more-rigorous designs and endpoints will be required to enable us to more effectively balance the risk and benefits of low-dose aspirin therapy in various patient populations.
— David J. Bjorkman, MD, MSPH (HSA), SM (Epid.)
Published in Journal Watch Gastroenterology November 18, 2011
To evaluate the risk for GI bleeding from low-dose aspirin alone or in combination with anticoagulants, clopidogrel, or proton-pump inhibitors (PPIs), investigators performed a meta-analysis of data from randomized controlled studies of any population taking low-dose aspirin on a daily basis. They identified 61 studies: 35 trials of aspirin alone, 18 with anticoagulants, 5 with clopidogrel, and 3 with PPIs.
The pooled analysis showed that low-dose aspirin alone slightly decreased all-cause mortality (relative risk, 0.93; 95% confidence interval, 0.87–0.99) but increased the risk for major GI bleeding (odds ratio, 1.55; 95% CI, 1.27–1.90). In combination with clopidogrel or anticoagulants, the risk for major bleeding was higher than with aspirin alone (OR, 1.86; 95% CI, 1.49–2.31 and OR, 1.93; 95% CI, 1.42–2.61, respectively). Conversely, PPI use together with aspirin decreased the likelihood of bleeding (OR, 0.34; 95% CI, 0.21–0.57).Comment: The results of this analysis support findings of prior observational studies that showed increased risk for GI bleeding with use of low-dose aspirin — a risk that was further increased with concomitant use of anticoagulants or clopidogrel but reduced in combination with PPIs. The current study is hampered by the difficulty of combining studies of heterogeneous designs, doses, and endpoints. Ultimately, studies with more-rigorous designs and endpoints will be required to enable us to more effectively balance the risk and benefits of low-dose aspirin therapy in various patient populations.
— David J. Bjorkman, MD, MSPH (HSA), SM (Epid.)
Published in Journal Watch Gastroenterology November 18, 2011
Citation:
Lanas A et al. Low doses of acetylsalicylic acid increase risk of gastrointestinal bleeding in a meta-analysis. Clin Gastroenterol Hepatol 2011 Sep; 9:762. [Medline® Abstract]domingo, 4 de marzo de 2012
New Guideline on Diabetic Neuropathic Pain Rx: Is It Really New?
The finding that has drawn most attention is that pregabalin(Drug information on pregabalin) (Lyrica) has the most support for the treatment of DNP based on the extent and quality of published studies. However, the guideline also found that several other medications had a high level of support. These include:
o Antidepressants (ie, amitriptyline(Drug information on amitriptyline) [Elavil], duloxetine(Drug information on duloxetine) [Cymbalta], venlafaxine [Effexor], all serotonin-norepinephrine reuptake inhibitors)
o Anticonvulsants (gabapentin [Neurontin] and sodium valproate(Drug information on valproate)
o Opioids (dextromethorphan, morphine, tramadol [Ultram], and oxycodone(Drug information on oxycodone))
o Capsaicin (Zostrix)
o Isosorbide dinitrate(Drug information on isosorbide dinitrate) spray, a vasodilator.
Completo en: http://www.consultantlive.com/pain/content/article/10162/2025422
o Antidepressants (ie, amitriptyline(Drug information on amitriptyline) [Elavil], duloxetine(Drug information on duloxetine) [Cymbalta], venlafaxine [Effexor], all serotonin-norepinephrine reuptake inhibitors)
o Anticonvulsants (gabapentin [Neurontin] and sodium valproate(Drug information on valproate)
o Opioids (dextromethorphan, morphine, tramadol [Ultram], and oxycodone(Drug information on oxycodone))
o Capsaicin (Zostrix)
o Isosorbide dinitrate(Drug information on isosorbide dinitrate) spray, a vasodilator.
Completo en: http://www.consultantlive.com/pain/content/article/10162/2025422
FDA Adds Diabetes Warning to Statin Label
WASHINGTON -- The FDA is changing the labeling on statins to include a warning about increased risks of hyperglycemia and transient memory problems, but the agency is no longer recommending routine liver function testing.
Fuente: MedPage Today
Fuente: MedPage Today
viernes, 2 de marzo de 2012
Durísimo, pero la reflexión vale la pena...
Carta a los médicos:
Los títeres del arte de curar, marionetas de obras sociales, hospitales y sistemas prepago de atención médica trabajan donde y como pueden. Su responsabilidad social hace funcionar las instituciones y su irresponsabilidad personal los lleva a exponerse inútilmente.
El día en que ellos, verdaderos médicos por vocación, dejen de pensar tanto en el paciente, en su capacitación profesional a cualquier costo, en las instituciones para las que trabajan, y tomen conciencia de lo mucho que arriesgan en cada acto médico, ese día la atención del país se paralizara. Porque solo un demente alguien que ha perdido la facultad de discernir entre la bondad y la estupidez, puede aceptar la responsabilidad de barajar una vida humana cuando un sistema perverso y carente en todo sentido no le brinda la seguridad y tranquilidad necesarias para trabajar como corresponde.
Porque el médico que asume la responsabilidad en un acto quirúrgico, que se somete al estrés de desplegar su arte sobre un paciente dormido, que asume la lucha contra la enfermedad ajena, que desafía a la muerte sabiendo que no siempre triunfara y que acepta hacerlo por la vergonzosa remuneración que el sistema le asigna, ese médico no es bueno, es ESTÚPIDO, es alguien que consume toda su inteligencia en el cadalso de su ofrenda personal hacia un prójimo que no le reconoce el esfuerzo. Agotada su paciencia, ya no puede ver que un error, aunque involuntario, le puede costar su patrimonio, su bienestar, su salud. Este suicida altruista figura en todas las cartillas de los sistemas prepagos de atención médica.
Trabaja en los hospitales nacionales, provinciales o municipales, superado por un aluvión de pacientes que envejece haciendo colas y recibe atención francamente deficitaria.
Deambula por clínicas y sanatorios juntando monedas para poder subsistir. Este médico, suicida por vocación, inteligente para el prójimo y descerebrado para si mismo, bueno y estúpido a la vez, responsable ante la sociedad e irresponsable ante su familia, es la carne del cañón, el centro del blanco de la industria de la "mala praxis". Todo abogado sabe que en este sistema perverso, tan carente de recursos, tan manoseado por inescrupulosos enriquecidos a costa de la salud, el médico es el "hilo fino" mas fácil de cortar, el candidato ideal para exprimir, el ingenuo mas liviano de sacudir para rescatar las monedas que llevan en lo bolsillos.
Lo que pocos se han puesto a pensar, es que, en definitiva este ensañamiento médico, que no discrimina entre idóneos e incapaces, entre buenos y malos, decentes y envilecidos comerciantes, es fundamentalmente perjudicial para el paciente. La comunidad toda empieza a sufrir las consecuencias cuando el médico capacitado, con experiencia, con reconocido prestigio entre sus colegas, empieza a "esquivar" la patología difícil, esa donde arriesga mucho y gana poco. El médico que cuida sus espaldas, discrimina por necesidad. La comunidad toda sufre esta realidad, al verse privada de la idoneidad y la experiencia de sus mejores médicos. Porque los mejores, también los mas inteligentes, rápidamente ven la necesidad de dar un paso al costado para no exponerse. Si bien es cierto que algunos médicos no están acostumbrados a responsabilizarse por sus acciones, también es cierto que la inmensa mayoría, no tendría que trabajar en las actuales circunstancias. Arriesgan mucho sin ganar nada. Porque si un cirujano tiene que afrontar un juicio por mala praxis, la demanda supera en miles de veces la remuneración de su trabajo. Una intervención Q. 12,000.00 puede convertirse en un juicio de Q. 120,000.00 o más.
Así las cosas, los sistemas prepago de atención médica, circular mediante, solicitan a sus médicos fotocopia de la póliza de seguro suscrita. Ellos, al mejor estilo de Poncio Pilato, pretenden que el médico, con centavos que le asignan por su trabajo, contrate un seguro de "mala praxis". De esta manera, los líderes de la medicina prepaga se cubren de los errores del servicio que dicen brindar. Logran su cometido sin sacrificar un solo centavo de sus arcas. Con los aranceles vigentes, ningún médico puede asegurarse contra "mala praxis". Con temor a la "mala praxis", ninguno puede trabajar como debería.
El auge de este tipo de juicios no es culpa de los abogados. Ellos, que son muchos y deben subsistir, han visto las falencias del sistema que colocan al médico en la primera línea de fuego. Como frágil fusible de una maquina sanitaria en constante corto circuito, el médico salta y se quema. Gane o pierda, con o sin justicia, con razón o sin ella, el médico debe pagar. La sociedad parece ensañada con los encargados de velar por la salud.
Vocación de SUICIDAS para seguir con esta profesión que tiene el índice mas alto de divorcios, alcoholismos, muertes prematuras y el menor en remuneraciones, comparados con otras profesiones clásicas y menos sacrificadas.
¡Suicida altruista! El profesional en una institución desmantelada y desgastada,
¡Se cansa, agota, desgasta y desilusiona!
Los títeres del arte de curar, marionetas de obras sociales, hospitales y sistemas prepago de atención médica trabajan donde y como pueden. Su responsabilidad social hace funcionar las instituciones y su irresponsabilidad personal los lleva a exponerse inútilmente.
El día en que ellos, verdaderos médicos por vocación, dejen de pensar tanto en el paciente, en su capacitación profesional a cualquier costo, en las instituciones para las que trabajan, y tomen conciencia de lo mucho que arriesgan en cada acto médico, ese día la atención del país se paralizara. Porque solo un demente alguien que ha perdido la facultad de discernir entre la bondad y la estupidez, puede aceptar la responsabilidad de barajar una vida humana cuando un sistema perverso y carente en todo sentido no le brinda la seguridad y tranquilidad necesarias para trabajar como corresponde.
Porque el médico que asume la responsabilidad en un acto quirúrgico, que se somete al estrés de desplegar su arte sobre un paciente dormido, que asume la lucha contra la enfermedad ajena, que desafía a la muerte sabiendo que no siempre triunfara y que acepta hacerlo por la vergonzosa remuneración que el sistema le asigna, ese médico no es bueno, es ESTÚPIDO, es alguien que consume toda su inteligencia en el cadalso de su ofrenda personal hacia un prójimo que no le reconoce el esfuerzo. Agotada su paciencia, ya no puede ver que un error, aunque involuntario, le puede costar su patrimonio, su bienestar, su salud. Este suicida altruista figura en todas las cartillas de los sistemas prepagos de atención médica.
Trabaja en los hospitales nacionales, provinciales o municipales, superado por un aluvión de pacientes que envejece haciendo colas y recibe atención francamente deficitaria.
Deambula por clínicas y sanatorios juntando monedas para poder subsistir. Este médico, suicida por vocación, inteligente para el prójimo y descerebrado para si mismo, bueno y estúpido a la vez, responsable ante la sociedad e irresponsable ante su familia, es la carne del cañón, el centro del blanco de la industria de la "mala praxis". Todo abogado sabe que en este sistema perverso, tan carente de recursos, tan manoseado por inescrupulosos enriquecidos a costa de la salud, el médico es el "hilo fino" mas fácil de cortar, el candidato ideal para exprimir, el ingenuo mas liviano de sacudir para rescatar las monedas que llevan en lo bolsillos.
Lo que pocos se han puesto a pensar, es que, en definitiva este ensañamiento médico, que no discrimina entre idóneos e incapaces, entre buenos y malos, decentes y envilecidos comerciantes, es fundamentalmente perjudicial para el paciente. La comunidad toda empieza a sufrir las consecuencias cuando el médico capacitado, con experiencia, con reconocido prestigio entre sus colegas, empieza a "esquivar" la patología difícil, esa donde arriesga mucho y gana poco. El médico que cuida sus espaldas, discrimina por necesidad. La comunidad toda sufre esta realidad, al verse privada de la idoneidad y la experiencia de sus mejores médicos. Porque los mejores, también los mas inteligentes, rápidamente ven la necesidad de dar un paso al costado para no exponerse. Si bien es cierto que algunos médicos no están acostumbrados a responsabilizarse por sus acciones, también es cierto que la inmensa mayoría, no tendría que trabajar en las actuales circunstancias. Arriesgan mucho sin ganar nada. Porque si un cirujano tiene que afrontar un juicio por mala praxis, la demanda supera en miles de veces la remuneración de su trabajo. Una intervención Q. 12,000.00 puede convertirse en un juicio de Q. 120,000.00 o más.
Así las cosas, los sistemas prepago de atención médica, circular mediante, solicitan a sus médicos fotocopia de la póliza de seguro suscrita. Ellos, al mejor estilo de Poncio Pilato, pretenden que el médico, con centavos que le asignan por su trabajo, contrate un seguro de "mala praxis". De esta manera, los líderes de la medicina prepaga se cubren de los errores del servicio que dicen brindar. Logran su cometido sin sacrificar un solo centavo de sus arcas. Con los aranceles vigentes, ningún médico puede asegurarse contra "mala praxis". Con temor a la "mala praxis", ninguno puede trabajar como debería.
El auge de este tipo de juicios no es culpa de los abogados. Ellos, que son muchos y deben subsistir, han visto las falencias del sistema que colocan al médico en la primera línea de fuego. Como frágil fusible de una maquina sanitaria en constante corto circuito, el médico salta y se quema. Gane o pierda, con o sin justicia, con razón o sin ella, el médico debe pagar. La sociedad parece ensañada con los encargados de velar por la salud.
Vocación de SUICIDAS para seguir con esta profesión que tiene el índice mas alto de divorcios, alcoholismos, muertes prematuras y el menor en remuneraciones, comparados con otras profesiones clásicas y menos sacrificadas.
¡Suicida altruista! El profesional en una institución desmantelada y desgastada,
¡Se cansa, agota, desgasta y desilusiona!